jueves, 8 de agosto de 2013

Colocación de la primera piedra para una sala en el Hospital en 1921



Simpáticas celebraciones en La Línea


Colocación de la primera piedra para una sala en el Hospital en Construcción.


Por todos conceptos podemos considerar como de lo mas simpático e interesante el acto celebrado en la vecina ciudad de La Línea de la Concepción de colocar la primera piedra de la primera sala para enfermos en el expresado Hospital en construcción, el cual se levanta cerca de la barriada de la Atunara, en un lugar amplio y ventilado, muy apropósito para los fines que requieren estas clases de instalaciones.

Poco después de las cuatro llegaban en automóvil el Excmo. Sr. Comandante general del Campo, su distinguida esposa doña Cinta Fennosel de Villalba y su hijo el valiente Alférez del Tercio de Extranjeros, don Fernando Villalba, el cual, aunque todavía tiene que hacer uso de las muletas, va mejorando rápidamente de las heridas que sufrió recientemente en la campaña de Marruecos.

Fueron recibidos por los señores que componen la Junta del Hospital en constricción.

La elegante señora del general fue obsequiada con  magnifico ramo de flores naturales.

En un mesa colocada próxima a la zanja donde debía ser colocada la piedra fundamental de la sala que ha de llevar el nombre de Nuestra Señora de la Cinta en honor a su Madrina, la distinguida dama ya nombrada, leyó al General y demás concurrencia don Ricardo Ruiz Cuadro el acta , la cual fue firmada por todos los elementos de valía de La Línea y de la región, incluso autoridades, médicos y prensa del vecino Campo y de esta Plaza, etc..

Acto seguido el Comandante Militar de La Línea, D. Adolfo Díaz Enriquez, habló en términos sumamente expresivos, dando cuenta de todos los trabajos realizados y de los sinsabores para llegar a dar principio lo antes posible  a la construcción de esta sala que ha de servir para los soldados hijos de La Línea que cayeron heridos en la Campaña de Marruecos.

Añadió lo agradecido que estaba a sus hermanos los hijos de Gibraltar por toda la ayuda que siempre habían prestado y le parece ya tiempo de que se dejase de mandar enfermos al Hospital de esa Plaza, aliviándole de tan pesada carga y que una vez concluido el citado Hospital, lo mismo que prestaría servicio a los hijos de La Línea estaría a la reciproca para los hijos de Gibraltar.

Terminado que hubo el Sr. Comandante Militar y después de darse vivas a la Madrina y a La Línea, el General de Algeciras le contesto con un breve pero elocuente discurso, dando gracias y agregando que todo en este mundo se puede conseguir habiendo voluntad y con el entusiasmo que se observaban, sería pronto una realidad la feliz terminación del Hospital.

Dió Vivas por el Rey y por España. De seguida procedió a la colocación de la Piedra por la Sra del General, estando a cargo de la ceremonia religiosa el digno cura párroco Sr. Rodriguez Cantizano, auxiliado por el estimado Reverendo P. Romero y por el excelente sochantre D. Manuel Jordan.

Se volvieron a firmar otras actas y se dio por terminada tan atrayente celebración.

Entre los presentes, aparte de los ya mencionados, figuraban el popular alcalde de La Línea D. Jose Cayetano Ramírez, el juez de instrucción de San Roque D. Antonio Arguelles y otras autoridades, médicos de La Línea y de Gibraltar, sacerdotes de aquellas y esta Plaza, fiscal y Jefe de la Policía de Gibraltar e infinidad de invitados de ambos sexos, tanto de la región como de nuestra ciudad.

Un té en el Kursaal



Después se pasó al Kursaal de La Línea, en cuyos preciosos jardines y en amplia mesa, se sirvió un magnifico té con dulces y pastas variadas y ricos vinos y licores, siendo la celebración en honor y obsequio de las señoras, señoritas y caballeros, tanto de La Línea como de Gibraltar, que habían prestado su valioso concurso en los recientes lucidos festivales artísticos a beneficio de los soldados heridos y enfermos de la Campaña de Marruecos.

El acto fue delicioso y durante el reinó la mayor animación entre todos los congregados.

Como ya antes lo había hecho en la ceremonia de la colocación de la primera piedra en el Hospital, el reputado fotógrafo "GarciSánchez" impresionó varias placas, que han de resultar muy interesantes.


  El Noticiero Gáditano número 872 del 06 de octubre de 1921


Con el titulo "De mi Carnet de reporter" aparece el 13 de octubre otros resúmenes de estos actos los cuales trascribo a continuación:

De mi Carnet de reporter


Celebraciones


Dos actos simpáticos. Dos celebraciones de esas que dejan recuerdo imperecedero y registran en el historial de las ciudades unas cuantas páginas bellísimas, organizaronse el domingo dos de actual, bajo el alto patrocinio del ilustre Comandante General y su distinguida esposa doña Cinta Fermoselle de Villalba: la colocación de  la primera piedra de la sala primera del Hospital, y el té de honor con que la Junta patriótica quería significar su agradecimiento a cuantos caballeros, señoras y señoritas, tomaron parte activa en los festivales que se dieron en el pasado mes de Septiembre, en honor de los héroes de la campaña de Africa.


La Línea sonríe...

Durante las primeas horas del día, extremeció suavemente el corazón de este pueblo un como soplo de la diosa que habría de presidir ambos actos.

La calle Real, los Casinos todos, los establecimientos y lugares donde se reúnen más de media docena de personas, daban una sensación en extremo halagadora, porque del abigarramiento de los más sidos mentados, de entre el montón de comerciantes  y habladores de las  fiestas que se celebrarían  de entonces a pocos momentos, que atormentase el regocijo de los buenos linenses, dispuestos a agasajar a los ilustres huéspedes, a quienes, con tan grande acierto, tan incansablemente interviniesen en la construcción del nuevo Hospital.

El día era enormemente esplendido, bellamente iniciador de optimismo, que acrecía, que acosaba en los corazones agradecidos... En la calle Real repetimos, había mucha gente, dominguera y alegre, que paseaba con la satisfacción pintada en el rostro ... y olvidada del todo.

Pero aquella alegría .......

Turbose fuertemente, tembló quebrada amagada por un chispazo emocional y grave, en los rostros, en los ojos y en los labios de los linenses.

Había corrido la desagradable noticia de que aquella misma tarde marchaba a San Roque la compañía que manda el Capitán Lopez-Amor, para incorporada a su batallón, emprender el camino de Melilla ....    

Nuestro queridísimo amigo el simpático Capitán, nos corrobora en las puertas del Casino Belmonte la inquietante noticia , "Si Vamos allá", nos dijo el bravo amigo, con todo el abandono, con toda la displicencia con que hubiera podio comentar su ida al té del Kursaal
                                       
Luego, enardecido, como queriendo que nos contagiemos de su entusiasmo que le brotaba de su templada alma militar, añadió alargándonos la mano:

—Verán ustedes lo que hacemos en aquel campo de operaciones. Ya oirán ustedes cosas.

Era imposible dudar. Al capitán López-Amor le habían escuchado muchas personas. ¡Se iba... se iba la compañía, y precisamente en un día en que La Linea ya no podía dudar de que tendrá en breve fecha, su mejor establecimiento,  el templo mas acogedor! ... ¿Porqué esta sucesión de cosas? ¿Porqué este acontecimiento turbador y expectante, en la hora de expansiones y alborozos?

A esperar al General y a su esposa:

Disminuyeron las tertulias, mermáronse los grupos; quién retiróse con infinidad de amigos a preparar el equipo del hijo soldado y llorar su marcha... Fue una desbandada, si no absoluta, por lo menos hasta el extremo de descongestionar  lamentablemente las calles por donde habría de pasar el General y suu esposa y sin duda alguna, recibir éstos manifestaciones de simpatía y de respeto.

Algunos autos salieron a las afueras a dar la bienvenida al ilustre exministro de la Guerra y a la gentil madrina de la primera sala del hospital..

En la entrada de San Roque cumplieron este deber de cortesía don Miguel Puyol, director de "Patria" y los redactores de este apreciable colega, don Rafael Blanco Forcada, don Hector Licudi y don Miguel Bernal, dando escolta al coche del General, que venía también con su hijo don Fernando y con su ayúdante, hasta las puertas del Principe Alfonso.

En este sitio saludaron asimismo a los visitantes, el Coronel Comandante Militar, don Adolfo Díaz; Alcalde, don José Cayetano Ramírez, y el concejal don Ricardo Ruiz Cuadro.

El automóvil de esta Comisión y al de la "familia" de "Patria", adelatáronse hacia La Linea para recibir en la carretera, con los demás invitados, a los patrocinadores de la simpática inauguración...

En las obras del nuevo Hospital:

Había una numerosa y distinguida concurrencia en las obras. De Gibraltar vimos a muchísimas familias, notando además, con singular agrado, la presencia de una alta representación del elemento oficial calpense.

Al llegar los señores de Villalba, estalló una ovación prolongadísima, con un que otro grito de ¡Viva España!.

Seguidamente, don Ricardo Ruiz Cuadro leyó el acta, que firmaron buen número de personalidades y fué depositada bajo el enorme bloque de piedra.

Ei señor cura párroco bendijo las obras y doña Cinta cumplió con la imposición que tenía como tal madrina, recibiendo un bellísimo ramo de flores de manos de la Comisión del Hospital.

Las palabras del Coronel y del General Villalba:

Las breves frases, pronunciadas por las citadas autoridades militares, cuyas relacionas estrechas y afectos profundos se hacen notar en todo momento, fueron una magnifica expresión de lo que representa en La Linea la construcción del nuevo Hospital.

Don Adolfo Díaz Enriquez hubo de testimoniar también su agradecimiento a los visitantes y a las caritativas personas y entidades que secundan sus esfuerzos.

El general Villalba dijo además, que La Linea, amparando en el establecimiento benéfico, una de las salas del cuál se comenzaba entonces, a los heridos y enfermos de la campaña, se sumaba, patriótica y abnegada, al movimiento de todos los pueblos de España, movimiento que era una síntesis bella de nuestra caridades y del hondo españolismo que existe en todos los corazones.

«Señores terminó el general:—¡Viva España!

Ingleses y españoles, gibraltareños y linenses, ahogaron el grito del señor Villalba, prorrumpiendo en ensordecedoras aclamaciones y atronadores análogos vivas

En el Kursaal

La mesa para el té en honor de los que tomaron parte en las fiestas dedicadas al soldado, se había dispuesto
bajo la Alameda del Kursaal, rodeándola un paño con los colores de nuestra enseña. Dos sitiales aparecían en el centro de aquella y sobre el primero sobre el que habría de ocupar el Comandante General del Campo, se destacaba el retrato de éste, que posee el Casino Belmente.

Se sirvió el té seguidamente, sin que hubiera ofrecimiento alguno del acto ni los visitantes hicieran otra tertulia
que la precisa para mantener cierta animación.

En los rostros de los reunidos, en las frentes serenadas de los concurrentes al acto, se adivinaba la preocupación interior; la inquietud que horas antes había tronchado, dirémoslo así, el regocijo de La Linea. Don Adolfo Díaz Enriquez, el apreciabilísimo Comandante Militar, hacía de vez en cuanto, preocupado también, alguna pregunta al General relacionada con los de Pavía.

Se levantó el señor Villalba. A ruegos de algunos señores, hizo grupo con su esposa, su hijo, su ayudante, y las señoritas que fueron al té, para que García Sánchez tirase algunas placas.

Luego dió las gracia al Alcaide, al Coronel, a los señores Blanco Forcada, Puyol, Licudi y Bernal  (a estos cuatro por haberle cedido el coche para que regresase del Hospital), montado en el auto a la vez que daba un Viva a La Línea.

A despedir a las soldados de Pavía

Alguien propuso, luego de que marcharon los señores de Villalba, a Algeciras, que se fuera a despedir a la Compañía de Pavía, y todos, sin excepción alguna, siguieron al Coronel y Alcalde, primeros en dirigirse al cuartel.

¿Qué pesó en el cuartel?

¿Qué despedida se hizo a los valientes de Pavía?
.
¿Cómo se portó La Línea con motivo de tan triste acontecimiento?

No tenemos páginas para describir el homenaje de Simpatías que se tributó a España despidiendo y agasajando a la Compañía de López-Amor; creemos no existen felices expresiones que recojan cuanto vimos en el alojamiento de los soldados, en las puertas de éste, en las calles de La Linea y en las afueras de la población.

No fue la despedida uno de esos actos de barabunda e infernal gritería en que los chicos chillan y aclaman hasta enronquecer nada de eso. Fue además intense, algo más conmovedor, de una resonancia que no se puede describir y sí permanecer como uno de tantos heroísmos silenciosos, de los que está ofreciendo España a militares...

Tanto es esto así, que pasará a campaña con todas sus incidencias brutales, transcurrirán los días atormentados del campamento y de lucha, con un enemigo brutal e insumiso a toda ley enfrente, y cuando en el disfrute de la paz los valerosos oficiales y soldados de Pavía recuerden la guerra el día 2 de Octubre de 1921, esa fecha, moverá los labios con esta gratitud.

Y aquel pueblo tan joven y tan fuerte y tan abnegado y tan sublime, nos abrazó, dándonos el abrazo de una madre en comunión de nuestros recios espíritus de españoles...

El Diablo Cojüelo.

(De «El Estrecho de Gibraltar»).

                         El Noticiero Gaditano El Noticiero  número 877 del 13 de octubre de 1921


   Luis Javier Traverso








Publicado en el Periódico El Noticiero Gaditano 
Documento del Archivo de la Prensa Histótica de la Biblioteca Nacional de España.

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